Cocer y cortar, todo es empezar: Peras al vino con crema de mascarpone y crumble de canela. PASO A PASO.

Seguramente al leer el título ya se os esté cayendo la baba.

La verdad que es un postre muy elegante e ideal para una cena en la cual quieras sorprender a tus invitados, pero sin mucho trabajo y con un resultado delicioso.

La receta es una mezcla de tres sabores y de tres texturas diferentes. El crujiente del crumble, la cremosidad del mascarpone y el líquido del vino con las peras.

Además se puede preparar con un día de antelación ya que se come frío.

La receta la descubrí en el Gastrotast de este año, con temática "Postres y vinos dulces" y la encontré muy buena.

Pero ahora sí, menos hablar y más a lo que importa: la receta.

Ingredientes (Para 4 personas):

Para el crumble de canela

50 gr. de harina
50 gr. de azúcar moreno
50 gr. de harina de almendra (o almendra molida)
60 gr. mantequilla (mejor que no sea margarina)
1/2 cucharadita de canela en polvo
Una pizca de sal.

Para las peras al vino

2 peras maduras pero que no estén blandas al tacto
350 ml. de vino tinto (mejor si es un vino joven y afrutado)
50 gr. de azúcar moreno
Una pizca de canela
1 rodaja de limón
1 rodaja de naranja
4 granos de pimienta negra

Para la crema de mascarpone

250 ml. de nata para montar
250 ml. de mascarpone
75 gr. azúcar blanquilla

Las tres partes de la receta se "entrelazan" en la elaboración, así que atentos a la receta.

Lo primero de todo es preparar el crumble de canela. En un bol añadimos todos los ingredientes y lo mezclamos hasta que nos quede una masa uniforme.

Y la dejamos reposar en la nevera. Precalentamos el horno a 180ºC en el modo "arriba y abajo".

En este tiempo elaboraremos otra parte de la receta, las peras al vino.

En un cazo añadimos el vino tinto, el azúcar moreno, las rodajas de limón y naranja, la pizca de canela y la pimienta negra.

Y lo ponemos a fuego medio para que hierva.

Lo removemos con una cuchara de vez en cuando para que el azúcar se disuelva bien.

Mientas el vino empieza a hervir cortamos la pera en dados, procurando que nos queden del mismo tamaño. Así nos aseguramos que se cuecen todos igual.

Para ello pelamos las peras y las cortamos en cuatro trozos a lo largo. Con un cuchillo pequeño les quitamos el corazón.

No conviene hacerlo con un descorazonador de manzana ya que el de pera es más pequeño y nos llevaríamos parte de la pera.

Una vez que el vino empieza a hervir añadimos las peras.

Deben cocinarse 10 minutos, pero si la pera no estaba aún madura puede llegar hasta los 12 minutos.

Una vez pasado el tiempo apagamos el fuego y lo vertemos en un bol para que se enfríe. Retiramos con un tenedor la rodaja de limón y la de naranja.

Sacamos el crumble de la nevera y sobre una bandeja de horno cubierta con papel de horno deshacemos la masa a pellizcos y la esparcimos sobre la bandeja.

Y lo metemos en el horno durante 10 minutos. Los trozos se desharán y se volverá a juntar la masa (más o menos).

Después de hornearlo estos 10 minutos lo sacamos del horno y lo dejamos enfriar un poco. Cuando este tibio o cuando puedas tocarlo sin quemarte.

Volvemos a deshacer la masa a pellizcos. Y lo volvemos a hornear hasta que este dorado, otros 10 minutos más aprox.

Ya tenemos dos partes hechas, falta la crema de mascarpone.
En un bol añadimos la nata, el azúcar y, como no, el mascarpone. Y lo batimos con una batidora eléctrica.

Ahora solo falta montar el postre. Recomiendo montarlo justo antes de servirlo.

Así que si elaboráis el postre para el día siguiente, las peras al vino y la crema de mascarpone lo guardamos en la nevera y el crumble de canela en un táper guardado en un lugar seco.

En un bol pequeño o en una copa de helado vertemos las peras con el vino.
Con la manga pastelera escudillamos (dar forma con la manga pastelera) la crema de mascarpone por encima.
Puedes utilizar una boquilla para la manga pastelera si lo prefieres, aunque yo prefiero sin boquilla.