Coquitos

Nuevo lunes, nueva meta, nuevo mes, nueva receta, nuevas fotos. Todo eso y solo estamos a principio de la semana. Empezamos el mes con una receta muy sencilla pero que a todos nos gusta. Los coquitos son típicos de la repostería, tan típicos como la ensaimada de teades en Carnaval en Mallorca, como el cardenal de Lloseta o como los crespells, los robiols y las empanadas típicas de Pascua.

Aunque el cajón de la telas del blog ya estaba lleno mi madre se ha entretenido a confeccionarme unos tapetes de ganchillo y de punto que son los que he utilizado en estas fotos y en las fotos del coulant fácil de chocolate. A mi gusto quedan perfectos en las fotos, un decorado clásico para una receta perfecta. Gracias mamá.

Tres ingredientes y veinte minutos de elaboración para un resultado de diez.

Un nuevo descubrimiento ha sido la mesa que veis en las fotos. De siempre ha estado en la cocina, pero nunca se me había ocurrido usarla para las fotos. Siempre me complicaba la vida moviendo la mesa y las sillas para hacer las fotos y al final montaba un caos terrible en la cocina. Ya iréis viendo nuevas recetas con esta mesa como decoración.

Coquitos

Preparación: 5 minutos

Cocción: 20 minutos

Raciones: 23 coquitos

Ingredientes

2 huevos L

200 gramos de coco rallado

150 gramos de azúcar blanco

Elaboración

Precalentamos el horno a 180ºC en modo ventilador. En un bol grande cascamos los huevos y añadimos el azúcar y el coco rallado. Mezclamos con un tenedor hasta que el huevo se mezcle bien con el resto de ingredientes. Vamos cogiendo porciones de 20 gramos y le damos forma de bola. La masa estará ligeramente pegajosa, pero con paciencia vamos haciendo las bolitas. Las colocamos en una bandeja de horno sobre papel sulfurizado dejando unos 2  centímetros aproximadamente de distancia entre ellas. Horneamos durante 20 minutos hasta que estén dorados. Sacamos la bandeja de horno y dejamos enfriar por completo los coquitos en la misma bandeja. Recién cocidos tendrán una textura blanda, pero una vez se atemperen cogerán su textura característica. Una vez fríos ya podemos devorarlos.

¡Un saludo! 

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